Publicado March 13, 2019

La razón por la que algunas personas disfrutan de salud y otras no

¿Alguna vez has sentido que la vida es justa para los saludables e injusta para enfermizos? ¿Qué los primeros son afortunados y los segundos simplemente tienen mala suerte? Mi pregunta a ti es ¿a qué grupo quieres pertenecer, a los suertudos que disfrutan el bienestar o a los desafortunados que sufren la vida?

 

Al terminar de leer este blog entenderás el poder que tienen los hábitos y decisiones sobre la salud de una persona o debería decir suerte y así los supersticiosos lo enteran mejor.

 

Empezare por decirte que por gracia de Dios la mayoría de nosotros hemos nacido sanos y esa salud, como cualquier recurso se puede administrar, si la administras bien, será rico en salud, de lo contrario enfrentaras la pobreza, también de la salud.

 

Y esa es la razón, quienes la administran bien ¡viven bien!

Me gusta explicar este concepto usando la analogía de un juego de cartas, imagina a un jugador al que le toca una buena mano, una buena combinación de cartas, ese hecho seria el equivalente de nacer con una buena genética, digamos, de padres saludables y abuelos longevos, en una familia en la que la gente vive sana por mucho tiempo y de una madre que tomo suplementos durante su embarazo. Llamémosle a este: jugador #1. Tuvo un excelente inicio, sin embargo recuerde, esa es solo la primera mano, aun no gana la partida.

 

Ahora imagine al jugador #2, que la primera mano es pésima, no tiene una combinación buena de cartas, eso seria la analogía de nacer de padres descuidados, de una familia en la que hay enfermedades en la que sus integrantes enferman y mueren jóvenes, de una madre que no se cuido y suplemento durante su embarazo. Empezó con las de perder, pero de nuevo, apenas es la primera mano.

 

Así como el juego continua y los jugadores deberán jugar sus cartas inteligentemente para seguir en el juego, las personas para vivir saludables y por mucho tiempo, también deberán tomar decisiones con inteligencia, claro, si quieren seguir en el juego (de la vida).

 

El jugador #1 no sabe jugar y se confía, intercambia cartas sin orden y en un momento del juego está perdido y no tiene nada bueno en sus manos, ya no sabe ni como regresar al juego. Eso le sucede a muchos, su buena salud los acompaño hasta el punto en el que se descuidaron de muchas maneras, empezaron a trabajar horarios extendidos o nocturnos, a comer mal, ya sea poco o en exceso, dejaron de practicar deportes o actividades físicas y empezaron a tomar, fumar o drogarse. En un momento de la vida para esta persona, la salud es solo un recuerdo de la juventud. Ahora está mas cerca de perder “en su salud”.

 

El jugador #2 cauteloso, cuida su juego y mantiene las cartas buenas mientras se deshace de las malas, después de varios turnos puede mejorar su juego y hasta ganar la partida. Eso le sucede a quienes crecen en una familia enfermiza y toman la decisión de no repetir la historia, aunque pueden tener genes de diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer en su familia y condiciones como obesidad o consumo de licor como su primera mano, decidieron jugar con inteligencia y mantuvieron sus hábitos saludables mientras de mantuvieron alejados de vicios y todo aquello que podría “despertar” sus enfermedades. Esta persona se mantiene en el juego de la vida por sus elecciones, no por su suerte.

 

Para terminar la analogía, el jugador #1 que nace bien y vive bien, tendrá una vida larga y saludable; el jugador #2 que nace mal y vive mal, tendrá una vida enfermiza, complicada y corta.

 

Ahora lo sabes, la salud no es cuestión de suerte, es un juego de posibilidades y elecciones. Un juego que vale la pena saber jugar y ganar, quienes lo aprenden lo ganan y disfrutan su salud. Quienes no lo aprenden lo pierden, viven mal y mueren pronto.

 

¿Cómo lo estas jugando?

 

Deseo que este sea un momento de comprender que lo que has hecho o dejado de hacer te ha puesto en la realidad que hoy vives. Un momento de entender que la salud esta en tus manos y te corresponde cultivarla.

 

Piensa cuanto aumentaría tu productividad si mejoras tus hábitos. Imagina cuantos propósitos de vida más podrías lograr si tu la salud esta de su parte y no en su contra.

 

Para despedirme, te recomiendo amar la vida. Vive para cuidarte y cuidate para vivir.

 

Bienvenido a mi blog.

 

Con cariño,

Dr. Gabriel Gutiérrez

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